domingo, 27 de septiembre de 2009

LA LIBERTAD… SOY YO


El final de los días a veces parece acercarse tanto que me da miedo solo abrir los ojos y darme cuenta que ya no existo. Los años ya no pasan, vuelan, y las mil cosas que desearía solo quedan en ello… un deseo sin realizarse, como tantos otros. Qué locura más grande, me siento incomprendida, fuera de este mundo que te cuarta, que te juzga, critica y abandona. Me siento encerrada en mi misma, sin poder abrir mis alas y volar tan alto como quisiera, mas me cortan las alas y me dejan en tierra, cavada a ella, solo dando pasos lentos, también ciegos, que no me llevan a ninguna parte, tan solo al precipicio de la soledad.
¿Por qué nadie entiende lo que mis palabras en silencio gritan? Grito y grito, mas nadie escucha, del silencio a la locura y de ello a una mirada perdida…y de ello ¿A dónde?... ¿la muerte? No, me resisto a ello, quiero vida, tengo mucha aun, ¡déjenme vivirla! Me la han negado tanto, me la entregan en migajas, en gotas de acido, donde cada gota duele más que la otra. Mi única anestesia..Mis hijos, por ellos aun sigo, aun camino, aun respiro, no hay nada más que me sostenga, nada…si me lo han negado todo….hasta la libertad de amar.
Quiero volar, como las gaviotas, que se mecen y adormecen los mares. Quiero que mi mirada se pierda más allá del horizonte y convertirme en un alma que fluye, que se sumerge, y luego sale solo a buscar el aire. Quiero vivir en un mal azul profundo que no se tiña de rojo con la sangre derramada, que solo hierba cuando la pasión lo inunde. Es tan simple…solo quiero ser libre, sin cadenas que aprieten, sin grilletes en el alma… ¿Por qué no lo entienden?
Me miro en un espejo y no soy yo, es lo que han creado, lo que ha querido la gente, lo que ha querido la vida, no lo que soy. Tras de ese espejo esta mi verdadero yo, escudándose tras el cristal, rehuyendo para no ser condenada, o tal vez esperando que el cristal se rompa. ..si tan solo supieran, lo que el espejo no muestra, lo que queda si el cascaron que llevo se trasluciera o simplemente me atreviera a vivir sin él.
Podría abrir una ventana en una noche de tormenta y dejar que entre el viento para que me cubra de hojas secas, que se lleve mis pensamientos y quede mi mente en blanco. Quisiera que ese viento me cubriera, girar y girar con él hasta que amanezca, alejar de mi vida los espantos y no sentirme medio muerta. Solo las hojas y el viento, la noche y el silencio, solo yo y el espejo.
Libertad…. solo eso quiero. Es tan difícil tenerla, más aun si los baúles se repletan de recuerdos. Alejarlos, eliminarlos, matarlos, sería lo inmediato ya sean buenos o malos, ellos atan, no dejan volar, me retienen en una soledad tan negra. Libertad… pura y serena. Libertad de alma, de cuerpo, libertad de amar, de un amor que no ha sido jamás saciado, libertad de palabra. Libertad…que palabra, tan pequeña, tan grande, tan libre tan extraña, tan amarga, tan lejana.
¿Porque ceder y perder lo que tanto se ama? La libertad es nuestra, no se regala, no se compra, ni se cambia. La libertad es lo único mío que por más que oculte no habrá nicho que la sepulte. La libertad..Soy yo.

sábado, 11 de abril de 2009

UNA HISTORIA DE AMOR

PRIMERA PARTE

Hace mucho tiempo nunca podría haber contado esta historia, tal vez por que no me habría a atrevido a vivirla. Los primeros en saberla, me criticaron, censuraron, algunos con fundamentos otro solo por hacerlo. El cuento es que decidí seguir lo que mi corazón en ese momento gritaba… ¡vive!
Años de soledad como mujer, años de no sentir, no recibir una palabra dulce, muy por el contrario, todo fue muy oscuro por mucho tiempo, lleno de dolor tanto físico, como emocional. Un día, por alguna razón, la cual no sé, puede que se llame destino, me llevo a entrar en el mundo cibernético, en una de estas páginas que se buscan amigos. Era solo eso…buscar solo amigos, los encontré, algunos me asustaron, otros no tanto, pero hubo uno que de alguna manera llamo mi atención, por lo que le conteste cuando me hablo. Era de Viña del Mar, una ciudad hermosa, lo mire y hablamos. Fue un día 12 de febrero a las 4 de la tarde. Comenzamos a hablar, luego por la cámara, vi su cara, me encanto su sonrisa, él vio mi mirada triste,- fue lo que dijo-, a los tres día yo viajaba a la playa, esos tres días fueron muy lindos. Ya estando de vacaciones me hacía falta hablar con él, busque un ciber, y tú la gran sorpresa de tener correos que él me había escrito diariamente, en uno me daba sus teléfonos, celular y fijo. Lo llame enseguida, lo que su sonrisa me había causado no era nada a lo que sentí cuando escuche su voz, dulce, muy dulce. Hablamos diario. No lograba entender el por qué, pero me angustiaba no saber de él, buscaba los momentos para hablarle. 
Las vacaciones terminaron y seguimos por internet, sin dejar el teléfono. Me sentía una adolescente, a veces tonta, por buscar a alguien de esa forma, por que ya no era normal lo que sentía por él, no podía ser, si no lo conocía, por lo menos en persona, su vida nada, solo creía en su palabra y hasta ese momento eso bastaba.

Me gustaba ese hombre, me gustaba demasiado, más que eso, comencé a quererlo, a amarlo, y él a mí. Algo me decía que era verdad, que no mentía. Ya estaba en esto, y no quería hacer marcha a tras, el tiempo lo diría, para bien o para mal. A demás estaba tan lejos que se veía tan remota la posibilidad de estar juntos. Lo deje todo en las manos de Dios.